Fue escenario de la batalla que lleva su nombre, en la que Carlos I venció a las tropas de las Comunidades, el 23 de abril de 1521. En su plaza fueron ajusticiados y decapitados los dirigentes de los comuneros Padilla, Bravo y Maldonado. Un obelisco recuerda ahora su memoria, donde cada año acuden responsables políticos para ofrecer flores en su memoria. En la plaza se encuentra una torre de reloj restaurada y en frente la iglesia dedicada a San Juan Bautista, edificio del siglo XVI, con reformas del XVII. Con un órgano barroco de indudable mérito. Existe un Cristo de factura románica y alguna imagen de discípulos de Gregorio Fernández.
Decir hoy día Villalar de los Comuneros, es sinónimo de fiesta, ya que es aquí donde los castellanos y leoneses celebran la fiesta de su comunidad autónoma. Pero hay que buscar en el pasado para saber los orígenes de esta insigne población de las llanuras que el río Hornija va labrando a su paso.
Hace ya casi 500 años, un 23 de abril de 1521, ante la presión fiscal del naciente Imperio de Carlos V, un sector de la sociedad castellana encabezada por Padilla, Bravo y Maldonado se rebeló en la conocida Guerra de las Comunidades, los cuales sucumbieron ante las tropas realistas en el lugar conocido como Puente del Fierro y fueron ajusticiados en la Plaza Mayor de Villalar. Hoy un obelisco del año 1.889, recuerda el lugar exacto donde sucedió aquel acto, si bien el rollo original, o mejor dicho, el pináculo que culminaba dicho monumento se encuentra dentro del Ayuntamiento.
Dentro de este recinto cuadrangular se ubica también la llamada Torre del Reloj, de finales del siglo XIII y utilizada en otro tiempo para avisar con su campana al concejo. Además, cabe destacar, la Iglesia parroquial de San Juan Bautista, construida en ladrillo y tapial en el siglo XVI, terminándose dos siglos más tarde en estilo neoclásico en el interior. Posee un magnífico Cristo románico-bizantino así como un órgano del siglo XVIII.
Por la calle que sale de la plaza en el lado contrario a la iglesia, llegamos hasta el otro edificio religioso que podemos contemplar en Villalar, la Iglesia de Santa María, también del siglo XVI, que hoy en día es la Casa Cultura.
Como era de esperar, la fiesta que más impulso tiene en la localidad, es la que cada 23 de abril se celebra y a la cual acuden miles de personas en busca de un ambiente de mucho entretenimiento amenizado por bailes regionales, actuaciones musicales, espectáculos y puestos típicos que venden lo mejor de nuestra tierra sobre todo en artesanía y gastronomía.
Las otras fiestas, ya de carácter más local, son las de Nuestra Señora de la Asunción y San Roque el 15 y 16 de agosto, así como las de San Antonio de Padua el 13 de junio. Las primeras tienen como principales atractivos, las novilladas de toros, las verbenas, los juegos para niños o una semana cultural, mientras que las segundas, son organizadas por una cofradía desde el año 1.790 con bailes para los asistentes.